Esto simplemente es un adiós oficial, un adiós que se
estuvo atrasando por días, meses, años, un adiós que no quería aceptar, un
adiós que hoy es real, pero sobre todo necesario. Me costó en demasía poder
llegar a este momento en el que me desprendo de ti, no porque así lo haya
decido, más bien porque la vida es muy corta para tener que cargar con tu
recuerdo, con tu sonrisa, con la necesidad de tenerte presente en mis
atardeceres, con el aferrarme a que eres la única que puede compartir noches y
días.
Hoy quizá siga soñando con verte llegar a mí, con los
brazos extendidos, deseando olvidar todo el pasado y comenzar a escribir un
presente con planes futuros en los que sólo exista el tú y yo. Pero la verdad
no puedo esperar más, son una montaña de sueños los que tengo que no me interesa
que sigas en ellos, tiempo ha sobrado para que puedas decidir, decidir por mí,
decidir por él y si esto escribo es evidente la respuesta.
Hoy más que nunca creo en el amor, en el amor que
arriesga, en el amor que da, en el amor que completa; pero ya no quiero que
seas tú, la balanza siempre ha estado inclinada y no necesariamente hacia la cara
de la moneda en la que la felicidad es la constante porque estás a mí lado.
He sabido vivir, he sabido construir mi vida, he incluso
ya he traspasado fronteras sin ti, no eres indispensable. Sólo escribo esto
como un pacto personal de olvido, porque necesito cerrar este ciclo, necesito
sentirme libre de ti.
Volé alto cargando tu recuerdo, es hora de volar todavía
más sin el pesar de mi esperanza a lo nuestro.
Gracias por crear en mí la idea de un sueño eterno.
Se despide de ti tu gran amor, el cual te perdono todo,
excepto el que hayas decidido conformarte y vivir en la comodidad presente y no
arriesgarte a alcanzar tu plenitud.
Yo que soy todo, menos conformista, me marcho deseando
que te alcance la vida para ser feliz, esto simplemente es un adiós.
Comentarios
Publicar un comentario